lunes, 25 de agosto de 2008

Oh melancolía

Me fastidia verte parecida a ella. Me llena de coraje compararte y ver en ti a otra persona, que si encuentro grata tu compañía no es porque eres tú. Sino porque me evocas a alguien.
Me molesta no tener el valor de asumir los errores y deambular huyendo constantemente entre el oriente y el occidente. Buscando respuestas que ya se respondieron y buscando donde ya no he encontrado.
Pero el viento me llevó lejos. Me llevó demasiado lejos y yo me dejé llevar a ojos cerrados por esa ráfaga que parecía grata. Parecía, porque nada se compara al calor del hogar, nada se compara al ... Aun así me siento demasiado protegido. Me da coraje no poder pararme y dar los pasos de vuelta, por miedo a ver que todo a cambiado obviamente. Por el miedo a ver que esos cambios te llevaron a nuevos horizontes, diferentes de los míos. Ver que creciste y ya no eres esa persona de antes y verme en el mismo espejo que nos vimos alguna vez y darme cuenta que no soy el de antes, desconocerme y aborrecerme. Verme marchito y lleno de cicatrices no curadas. Porque el orgullo me hizo caer, pero lo peor que me hizo fue no dejarme sanar. Vivió del dolor y se refujió en cada herida abriéndola aun más. Me alivió el dolor, lo sé. Pero ahora que se ha marchado me deja sangrando dolor a todas partes. Y el dolor es grande, demasiado grande. Pero no el suficiente para dar la cara y aceptar que ya no quiero seguir fallando. Porque en cada intento de bien hice dos de mal y por eso me arrepiento. Me arrepiento de tenerlos cerca y tenerte lejos. Me arrepiento de verme en un mundo flagelado por mis actos.
De la frágil porcelana que construía hice dagas que sirvieron para destruir. Muchos estarían feliz al darse cuenta que tuvieron el poder de cambiar cosas y que en la cobardía vieron poder.
Pero yo no, yo sólo me arrepiento. De todo el daño que causé...

miércoles, 13 de agosto de 2008

Bienvenidos

Imagine usted la entrada de bienvenida más grandiosa que haya leído. Imagine que en ella se encuentran las fotografías más conmovedoras (en el amplio sentido de la palabra) acompañadas de las palabras más sabias. Lo que incluye menciones honrosas a grandes escritores, como JC, HH, ALG e incluso JJ.
Aunque, nada de esto sería tan grandioso si el autor (en este caso y con mucho egoismo. Yo) no hiciera displicientes comentarios acerca de lo cotidiano de la vida, de los sucesos menos relevantes del planeta o de los fugaces y eternos mecanismos humanos.
Ahora, junte usted todo lo ya escrito y plásmelo en esta entrada. Comprenderá que esto ha dado su primer paso, primero y esperemos no único.
El preludio de una nueva ideología creativa (o acreativa, como usted más guste) ha comenzado. Y déjeme decir que he sido muy afortunado al tenerte a ti como lectora.

"...Anda, pasa, que esto recien comienza..."